jueves, 9 de octubre de 2014

#43


Buenos días lectores. Sí, es raro. Yo escribiendo de buena mañana. Lo sé, pero bueno. La inspiración viene cuando menos la esperas, y hay que aprovecharla al máximo. Es lo que hay al fin y al cabo. Antes de nada, agradecer a todos los que me seguís vuestro apoyo. Esto me hace muy feliz y no existen unas palabras para describir mi agradecimiento hacía vosotros, ya que un simple gracias se queda corto. Pero en fin.
Hoy quería hablar sobre esta ilustración, que a mi me encanta y no entiendo porque a la gente no le gusta tanto. De verdad, es una pasada. En este trabajo, muy similar al estilo de la famosa ilustradora valenciana "Paula Bonet" , quise representar esa sensación de corta libertad que sentimos, que es comparable a la de un pez nadando en el mar. Ese sentimiento casi efímero, de poder hacer lo que nos apetece, en el momento que elijamos y sin pensar, en ningún tipo de ataduras. Como por ejemplo, si ahora me apeteciera gritar lo feliz que soy, lo haría sin pensar en las consecuencias que ello pueda acarrearme. O si quisiera comerme una tarta de tres chocolates mientras me ducho, lo haría. Pues porque me apetece y punto. No hay razón para no hacerlo. Pero seamos realistas, esto no ocurriría jamás, porque en el caso de que lo hiciera, la tarta se echaría a perder por el agua. En fin, que me voy del hilo. Lo importante, es la sensación de hacer lo que quieras sin importar los prejuicios ajenos, ni nada por el estilo. Por ello, el primer animal en el que pensé que mejor podría reflejar esta sensación de absoluta libertad, fue el pez. Los peces nadan tranquilos en sus estancos, ríos e incluso, mares. No les importa el tiempo, ni el espacio, ni el momento... ellos nadan tranquilamente, se relacionan entre ellos, sin pensar en consecuencias ni nada. La única preocupación que tienen es cuando su depredador los acecha, pero mientras,hacen lo que quieren, cuando quieren y donde les parece. Que envidia ¿verdad?

Nosotros en cambio, debemos tener en cuenta mil cosas para relacionarnos con las demás personas, la higiene, el habla, el aspecto, la compostura, la pulcredad, la delicadeza... y un centenar de cosas más. A veces envidio a los animales, ya que hagan lo que hagan, nunca nadie les juzgará. Pero si tú te tiras un eructo, algo natural, en un grupo de personas desconocidas, ya te tachan de cerda y te miran raro. Te etiquetan. Pero hay momentos, especialmente cuando estas solo, que te sientes totalmente libre de hacer lo que quieras. Te sientes totalmente libre y desatado de cualquier atadura social. 

Lástima que este instante, solo dure unos minutos, e incluso, a veces dura segundos. Ojala que durará para siempre y que todos fuéramos libres de verdad. En ocasiones, me encantaría ser un animal, solo para experimentar esa libertad y hacer lo que sea sin importar la situación, ni nada por el estilo.

En fin, feliz día del nueve de octubre a todos los valencianos que lean esto, que hoy es un día muy importante para la comunidad valenciana, donde resido, y al resto, que tengáis un día espléndido. Hasta la próxima queridos. 











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