lunes, 27 de abril de 2015

#61

Empiezan los días largos y de bochorno. Empieza la época que introduce la estación que más odio. Que me hace sentir más débil y frágil de lo normal, que cada año que pasa es peor. Meses en los que ansío volver al cruel frío del invierno, que me hace revivir.
Lo que más odio del verano, es el ir paseando por la calle y sin razón alguna... empezar a desvanecerme. Mi cabeza empieza a delirar y he de ir caminando más lento, mientras la respiración me va más pausada. El calor y el sol me absorben la vida y he de esperar, a que este se vaya, para poder ir tranquila por la calle, sin miedo a "esto" o a lo "otro". Es como una especie de cárcel de la que no puedo escapar. Y por las noches la tortura no termina, no. Cuando toca ir a dormir, la humedad del ambiente, no me deja pegar ojo. Y esta época de ""relax"" se convierte en una especie de juego de supervivencia, que cada año se torna más complicado de superar.
La cuenta atrás ha empezado.