jueves, 1 de enero de 2015

#58

Mi entrada de hoy será diferente. No empezaré con buenos modales, como de costumbre. Ni introduciré el tema siquiera. Hoy estoy aquí, para haceros una pequeña reflexión de lo que me sale del corazón, por no decir otra cosa más mal sonante. En fin. Empecemos.

Hoy, el primer día del año, me lo paso por mi querido arco de triunfo. 
Hoy no solo ha sido el primer día del año, hoy ha sido uno de esos peores días de mi vida. El peor no, ese ya lo pasé el año pasado, pero este no se queda muy corto.
Hoy he visto muchas cosas. 
He visto a gente alegre y sonriente que anda por la calle felizmente. 
He visto al gato naranja de enfrente de mi casa, que es un amor y super cariñoso.
He visto a una mujer enfrentar sus más temibles y absurdos miedos. 
He visto muchos enfermos en el hospital, luchando por sobrevivir un día más en este mundo de locos, junto a sus familiares. He visto muchas caras tristes y otras esperanzadas. 
He visto a un hombre llorar como un niño, mientras el amor de su vida se iba consumiendo poco a poco delante suya. He visto a toda mi familia, llorar a su lado, mientras maldecían a los médicos por no poder ayudar a la persona que se consume.
 He visto una gota de esperanzas y sonrisas, pero casi al momento, lágrimas de sufrimiento y melancolía. 
He escuchado muchos gritos y he palpado la tensión del momento. 
He notado los nervios de toda la familia en una habitación doble del hospital. 
He sentido la nada dentro de mi ser, como si fuera mi amiga del alma. 
He sentido como esa nada desgarraba mi alma, junto con mis sueños y esperanzas. Las hacía polvo con un simple gesto de mano y las pisoteaba, como si de una hormiga se tratase. 
Hoy ha sido un día muy intenso e inestable, cuanto más reía, por dentro más lloraba de impotencia. De no poder ser de ayuda y querer salvar a esa persona, de su cruel y despiadado destino. 
Aún siento el momento en que la abracé por última vez, prometiendo que volveríamos a vernos. 

De repente, todo se torna negro como el carboncillo con el que tantas veces he dibujado sobre el papel, y todo carece de lógica. Te dicen "Que fuerte eres" y piensas "No, una persona incapaz de mostrar sus sentimientos con facilidad, no es fuerte, es muy débil".  Alguien incapaz de hablar con esa persona por última vez en la vida, porque la ve en ese estado, y solo siente el chapurreo de su alma mientras llora como una magdalena. Ser fuerte es poder llorar cuando tu alma llora, al unisono, y reír cuando esta misma lo hace. 

Y así os doy la bienvenida al nuevo año.
Buenas noches y gracias por las 2000 y pico 
 

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